Foto: Fachada lateral
del Palacio Cantón, Paseo de Montejo, Mérida Yucatán.
Fuente: Archivo
personal del Ing. Magdiel Leopoldo Cen Chab
Partida de obra: Trabajos Preliminares:
Concepto de obra: Liberación de
aplanados.
Descripción del concepto: Los primeros trabajos que se efectúan al
intervenir un predio en Zona de Monumentos o un predio con características históricas,
consisten en la liberación de todos aquellos aplanados sueltos y/o degradados por
intemperismo o por vencimiento de su vida útil en los macizos (muros), resaltes
o relieves, elementos ornamentales diversos y en todas aquellas molduras de
variadas formas, perfiles o secciones, que adornen la fachada u edificio, a
cualquier altura y posición que guarden en la envolvente.
Se considera
también parte del concepto de obra, la limpieza del área intervenida
(normalmente son las banquetas), el embolsado (como método alternativo y
practico dadas las restricciones de horarios y de empleo de maquinaría pesada o
camiones de volteo, típicos de los Centros Históricos), y el desalojo de los
desperdicios y escombros producto de los trabajos, a sitio fuera de la obra o
donde determine la autoridad competente.
Se anexa
a continuación una tabla que pretende obrar como una ficha técnica muy
sencilla para su análisis y entendimiento y que busca màs que nada, reflejar
el tipo de personal que se puede utilizar, los principales materiales empleados
en el concepto y las herramientas (herramienta menor) usadas en este tipo de
intervenciones, así como algún dato sobre el rendimiento combinado de la
cuadrilla especializada.
Me queda claro
que puede haber un manejo mucho más eficaz o que alguien pudiese sugerir una
forma mucho más funcional de operatividad, pero en tanto eso sucede, sirva esta
tabla como guía e indicador para los interesados en el tema.
Ficha Técnica: Unidad de trabajo: m²
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Rendimiento
combinado
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Personal
Operativo:
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Cuadrilla de
trabajo: 1 Maestro Albañil +
2 Peónes de
albañil
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30 m²/ jornal
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Materiales:
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Bolsas de
rafia (pitas, sacos), sogas de nylon de 3/8” a 1/2” de diámetro, alambre
recocido, banda de advertencia con la leyenda impresa “PRECAUCION” y conos viales
en color naranja.
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Herramienta
menor:
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Picoleta,
martillo de filo, pala cuadrada, cubeta de plástico de 19 litros.
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Auxiliares:
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Torres de andamiaje
( marcos banqueteros + crucetas largas de preferencia)
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Procedimiento: Lo primero que deberá
hacer la cuadrilla de trabajo será delimitar el área de trabajo utilizando los conos
naranja a los cuales sujetarán la banda de advertencia con la leyenda
“PRECAUCIÓN” a fin de garantizar la seguridad de los transeúntes y de los
operativos al estar efectuando movimientos, formando una bahía o isla que
abarque parte del arroyo vehicular y que destaque a la torre de andamiaje desde
la distancia.
Inmediatamente
después o a la par de la actividad anterior, deberá levantarse una torre de
andamiaje que permita acceder al límite superior de la fachada, y mientras se
van elevando y ensamblando los módulos par a par de andamios banqueteros, se
debe ir asegurándolos a las salientes del paramento, como pueden ser elementos
de madera o herrería de puertas y/o ventanas, por medio de cuerdas de nylon y/o
tortoles de alambre recocido.
Al llegar la torre a la altura máxima,
es recomendable sobrepasar el predio por al menos un módulo màs, es decir:
aproximadamente 2.0 metros, para facilitar maniobras sobre los techos y sobre
todo, para permitir terminar de asegurar la torre de andamiaje ayudándose con
los caballetes de la fachada o desde la misma cubierta. Desde luego, siempre
que las condiciones de cableado y las propias del predio lo permitan.
En caso de no
contar con andamios metálicos, podrá armarse un entarimado empleando polines y
barrotes como lo marca la vieja escuela; con la salvedad de que esta variante
exige hacer oquedades en el macizo de mampostería para anclar o asegurar dicho
entarimado, por lo que siempre se debe buscar no ser demasiado invasivo o dañar
y/o comprometer la trabazón y estabilidad del paramento.
Ya en este punto, se estará en
condiciones de empezar a retirar con la herramienta conocida como picoleta o
martillo de filo, las capas de acabados vencidos, de los muros o macizos, siempre
se empieza desde la parte más alta de los mismos hacia la parte inferior.
Los aplanados siempre se deben liberan por partes, dejando los que presentan
solidez, nunca se liberará una fachada de manera sistemática y siempre debe
evitarse retirar los acabados en su totalidad, a menos que sea estrictamente necesario, ya que
los acabados existentes son originales y datan de una época y sistema
constructivo que debe ser conservado, como hemos explicado en aportaciones
anteriores. De igual manera el golpe de
la herramienta deberá ser suave y rasante a fin de liberar sólo los aplanados
flojos, aquí juega un papel muy importante el conocimiento del profesional o
supervisor a cargo y de la pericia del operativo, ambos deben conocer la
importancia y antigüedad de los aplanados que retiran y de su historicidad.
Los peones o ayudantes
deberán ir embolsando el escombro producto de la demolición o picado de los
acabados, con la ayuda de la pala cuadrada y las bolsas de rafia, a fin de
mantener el área de trabajo siempre limpia y libre de obstáculos y mantener la
banqueta limpia después de cada jornada.
En esta parte de los trabajos, se
incluye también la demolición por daño irreversible, previa inspección del
supervisor o responsable de los trabajos, de las molduras y los numerosos y
variados elementos ornamentales que este tipo de edificios suele tener.
Es por ello que
antes de proceder a lo anterior deberán obtenerse los moldes adecuados para
reproducir fielmente los elementos ornamentales en etapa posterior, siendo
necesario registrar de manera gráfica, apoyándose en los medios disponibles
(dibujo, fotografía, etc.), y de manera física (bajando o liberando piezas
ornamentales conservadas), tanto su forma como dimensiones siguiendo el
procedimiento adecuado que será descrito en posteriores entregas.
El muro de mampostería ya liberado de
los acabados o aplanados vencidos y/o degradados por el vencimiento de su vida
útil o por el deterioro del intemperismo y ambiente agresivo, deberá permanecer
expuesto al aire tantos días como sea posible (recomiendo basado en mi experiencia profesional,
un periodo no menor a una semana), para que pueda ventilarse adecuadamente y
disipar la humedad que pudiere contener, es por ello que en términos de
programación de obra, conviene ejecutar este tipo de trabajos en los periodos
de secas o de estío por ser más favorable para este fin.
Además de que esto nos pondrá en la
posición de observar si el macizo no presenta problemas de estabilidad
estructural, grietas de importancia o asentamientos diferenciales y proceder a
tiempo y adecuadamente a su consolidación o atención.
En otra ocasión
pertinentemente nos ocuparemos de algunas de las anomalías o patologías que
suelen presentarse en predios históricos, toda vez liberadas las fachadas o
paramentos de los acabados y como se deben atender y resolver, aunque por si
sola esa temática es bastante amplia y constituye todo un apartado.
De momento lo dejaremos en este pun y
reitero que constituye un placer compartirles estos conceptos y sugerencias y
espero que lo aquí vertido les sea de utilidad, que puedan darse tiempo en
estas circunstancias complicadas que vivimos por el COVID-19 de leer y
aprender, nos vemos pronto y mis mejores deseos para todos.
Foto: Liberación de
aplanados con picoleta, en fachada meridana.
Fuente: Fotografía
de Ofelia Espinosa Chuc/Archivo personal del Ing. Magdiel Cen.