Mostrando las entradas con la etiqueta Morteros. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Morteros. Mostrar todas las entradas

martes, 21 de febrero de 2023

Intervención en Centros Históricos: Reintegración de aplanados.

Reintegración de aplanados.

Foto: Reintegración de aplanados (revoco) en Fachada del Centro Histórico, Mérida Yucatán.

Fuente: Fotografía de Ofelia Espinosa Chuc/Archivo personal del Ing. Magdiel Cen.


Partida de obra: Albañilería:

Concepto de obra: Reintegración de aplanados: Explicaremos los dos métodos a emplear en este tipo de trabajos de intervención de fachadas históricas.

Descripción del concepto: Método tradicional

Se reintegran los aplanados en muros de mampostería a cualquier altura, aplicándolos por capas hasta alcanzar el espesor promedio de 4.0 cm. Para el revoco, empleando mortero de Cal: Polvo de piedra: Adhesivo polimérico para morteros en proporción 1:6:0.5 donde el adhesivo polimérico para mortero va a razón de ½ litro por cada saco de cal. A este mortero conocido como “mezcla blanca”, se le agrega lo que los operativos llaman “un punto” de cemento blanco, para ayudar a la maleabilidad y la adherencia del mismo. Sobre esta capa se coloca el acabado fino con masilla blanca aplicada con llana de albañil y bruñida al canto, usando mortero de Cal: Polvo Cernido: Adhesivo polimérico para morteros en proporción 1:0.5:1 + el “punto de cemento blanco”, previa preparación de la superficie humedeciendo el área a intervenir con una solución de agua y adhesivo polimérico para mortero a razón de 19:1 para mejorar la adherencia. Incluye andamiaje, herramientas y limpieza del área intervenida, así como el desalojo del escombro.

Descripción del concepto: Método actual.

Se reintegración los aplanados en muros de mampostería a cualquier altura, aplicados por capas hasta alcanzar el espesor promedio de 4.0 cm. Para el revoco, empleando mortero de Cal Química: Polvo de piedra para morteros en proporción 1:1. Incluye la capa de acabado fino con masilla blanca aplicada con llana de albañil y bruñida al canto, usando mortero de Cal Química: Polvo de piedra para morteros en proporción 1:1, previa preparación de la superficie humedeciendo el área a intervenir con agua sola. Incluye andamiaje, herramientas y limpieza del área intervenida, así como el desalojo del escombro resultante.

Ficha Técnica

Cantidad 1 m²

 

Rendimiento combinado

Personal

Cuadrilla de trabajo: 1 Albañil + 1 Peón

9 m² / jornal

 

Material

Usando método tradicional

Usando método actual

Cemento blanco (para dar un “punto” al mortero, que favorezca su adherencia)

Polvo de piedra

Agua

Cal hidratada

Adhesivo polimérico para mortero

Clavos de 5” y 2 ½”

Polvo de piedra o sascab

Agua limpia

Cal química o pasta de cal

Clavos de 5” y 2 ½”

Herramienta

Cuchara de albañil, llana de albañil, flotín de madera, cubetas, cordeles, pala cuadrada, artesas, etc.

Auxiliares

Andamiaje ( marcos banqueteros + crucetas)

 

Procedimiento: Después de picar o demoler los acabados vencidos, flojos o degradados, (colaboración para Contrafuerte del 07 de abril del 2020), se procede a la limpieza de la fachada para retirar el polvo residual con el empleo de una brocha de cinco pulgadas, o lavando el área con agua limpia de manera abundante, luego se aplica una solución de adhesivo polimérico para mortero y agua en proporción 1:19, es decir, se diluye un litro de adhesivo polimérico para mortero en 19 litros de agua, con el fin de preparar la superficie para la mejor adherencia del aplanado. En el caso del uso de Cal Química, después del empleo de la brocha sólo se lava el área con agua abundante.

Si es necesario y el acabado suelto llega hasta el núcleo de la piedra y el espacio circundante entre la trabazón de la mampostería, se deberá reacuñar la mampostería a fin de evitar que la capa del acabado sea muy gruesa. Este procedimiento también se conoce como entrañado y debe prevalecer siempre, el acuñado pétreo por sobre el mortero.

Cuando en los muros se aprecian áreas en donde el daño es a tal punto que los acabados originales se desprendan de la mampostería como si fuera polvorón, esa área se deberá tratar con una lechada que consiste en mezclar en agua, medio saco de cal con 1.5 Kg. de cemento blanco y con una brocha o hisopo, lechar el área y esperar que se consolide para aplicar nuevos aplanados. Si en lugar de la cal hidratada se emplea la cal química, no se agrega el cemento blanco pero el procedimiento es exactamente igual.

Inmediatamente a la preparación de la superficie se deberán colocar las maestras para el revoco, que no son otra cosa que los hilos o cordeles llamados “reventones”, que van de un extremo al otro de la fachada y que son fijados con la ayuda de pinchos metálicos o clavos de acero para concreto de 5”, buscando que los hilos “barbeen” lo mínimo en la parte más ancha de la mampostería. Esto solo por vía de referencia del espesor y no para uniformizar el mismo, ya que no es posible respetar en todos los casos el plomo de las fachadas, pues debido a su antigüedad algunas de ellas están inclinadas y si se plomaran no sólo obligaría a entrañar en exceso los muros, sino que el predio perdería su característica original. Es por ello que se deberán de checar los aplanados originales antes de demolerlos, ya que, de no presentar acabados a plomo y regla, se deberá proceder a revocar a ojo, sin el uso de hilos o cordeles.

El revoco se aplica por capas, pues normalmente se debe alcanzar espesores de 4 cms. O más, y se hace empleando la mezcla blanca ya que, en edificios históricos, no se permite el empleo de cemento gris porque su uso forma una capa impermeable y rígida que no se integra a la mampostería desprendiéndose de esta última la placa o capa de acabados, empujada por la humedad, esto último ocurre debido a que la piedra es un material que necesita “transpirar” y la composición química del cemento no lo permite. El cemento gris, sobre todo, no es un material que deba ser empleado en trabajos de restauración, su uso está contraindicado en estos procesos. El cemento blanco, por el contrario, por su composición química es menos agresivo que el cemento gris, pero su uso debe ser con moderación.

La mezcla blanca consiste en poner al revoco:

a)    Un mortero compuesto por cal hidratada: polvo de piedra: adhesivo polimérico para mortero en proporción 1:6:0.5 en donde el adhesivo polimérico para mortero cumple la función de proporcionarle al mortero capacidad de adherencia (método tradicional).

b)    Un mortero compuesto por cal química: polvo de piedra para mortero en proporción 1:1 (método actual).

Cualquiera que sea el método empleado para revocar, deberá esperarse unos días. Entre 24 y 48 horas para que el revoco “cuartee” o “raje”, para poder sellar con la masilla dichas cuarteaduras o rajaduras, propias del secado y contracción del mortero considerando su espesor.

Primero se deberá humedecer adecuadamente el revoco, procurando saturar el núcleo del acabado y así humedecido se procede a la aplicación de la masilla blanca con el empleo de la llana de albañil. Dicha masilla blanca se encuentra constituida de:

a)    Cal hidratada: polvo cernido: adhesivo polimérico para mortero en proporción 1:0.5:1, es decir, un saco de cal por media lata o cubeta de polvo cernido y un litro de adhesivo polimérico para mortero para preparar dos cubetas de masilla de 19 litros.

b)    Cal química: polvo de piedra para mortero en proporción 1:1, es decir un saco de cal por una lata o cubeta de polvo de piedra cernido.

   Una vez untada la masilla con la llana y distribuida perfectamente, se procede a tallarla con el canto de la cuchara del albañil, acción que se conoce como “bruñir”; dado que los acabados originales de la mayoría de los predios son de esa condición, esto da una textura lisa a la fachada, en la cual el agua de lluvia es desalojada de manera óptima, por esa razón, no se debe emplear la esponja o hule para dar acabado final.

Estas son las maneras correctas de proceder al reintegrar aplanados, siempre debe ser a dos capas, nunca se deberá usar la capa conocida como “Richiado” en muros de mampostería. Tristemente algunos profesionales y particulares por desconocimiento, proceden de esta manera, comprometiendo la durabilidad y funcionalidad de los aplanados.

Foto: Reintegración de aplanados (masilla) en Fachada del Centro Histórico, Mérida Yucatán.

Fuente: Fotografía de Ofelia Espinosa Chuc/Archivo personal del Ing. Magdiel Cen.


Intervención en Centros Históricos: Ocultamiento de elementos adosados

Ocultamiento de elementos adosados a fachada.

Foto: Fachada con elementos adosados perfectamente ocultos, Centro Histórico, Mérida Yucatán.
Fuente: Archivo personal del Ing. Magdiel Cen.

 Partida de obra: Trabajos Preliminares:

Concepto de obra: Ocultamiento de elementos adosados a fachada.

Descripción del concepto: Ranurado en muros de mampostería de piedra, de forma manual, empleando cincel y martillo, para empotrar y/o ocultar elementos adosados a fachada, como pueden ser: medidores de consumo eléctrico, tubo de acometida eléctrica, mufas, cables, tubos hidráulicos, sanitarios, de ventilación o desagüe de aires acondicionados, bajantes hidráulicos o sanitarios, etc. Incluye el resane de la capa de revoco ranurado, a paño con el paramento, para ocultar y asegurar el elemento.

Se considera también parte del concepto de obra, la limpieza del área intervenida (normalmente son las banquetas), el embolsado (como método alternativo y practico dadas las restricciones de horarios y de empleo de maquinaria pesada o camiones de volteo, típicos de los Centros Históricos), y el desalojo de los desperdicios y escombros producto de los trabajos de ranurado, ocultamiento y resanado de los elementos adosados, a sitio fuera de la obra o donde determine la autoridad competente.

Se anexa  a continuación una tabla que pretende obrar como una ficha técnica muy sencilla para su análisis y entendimiento y que busca más que nada, reflejar el tipo de personal que se puede utilizar, los principales materiales empleados en el concepto y las herramientas (herramienta menor) usadas en este tipo de intervenciones, así como algún dato sobre el rendimiento combinado de la cuadrilla especializada.

Ficha Técnica: Unidad de trabajo: pieza

 

 

Rendimiento combinado

Personal Operativo:

Cuadrilla de trabajo: 1 Maestro Albañil +

 Peón de albañil

 

4 piezas/ jornal

Materiales:

Alternativa 1: Polvo de piedra, agua, cal hidratada en sacos, adhesivo polimérico/elástomericos para morteros.

Alternativa 2: cal química o morteros base cal, polvo de piedra en sacos y/o sascab, agua limpia.

Herramienta menor:

Cinceles variados, martillo metálico de bola, martillo de uña “safaclavos”, martillo de filo, flotín de madera con mango u agarradera, cuchara de albañil, pala cuadrada, cubetas de plástico, picoleta.

Auxiliares:

Artesa de madera a base de cimbraplay de 16 mm, reglas de madera, tambores de plástico o metálicos de 200 litros, andamiaje (marcos banqueteros + crucetas largas de preferencia), tablones de madera.

 

Procedimiento: Con la ayuda de un muy buen cincel, de largo adecuado y filo mejorado, pudiendo esto hacerse en obra por medio de la piedra esmeril o “silab”, amén de un buen martillo de bola o similar (se recomienda el martillo de bola porque habrá secciones de muro que podrá ranurarse u horadarse con tan sólo golpear con la fuerza suficiente utilizando la parte esférica del mismo, conocida en obra coloquialmente como bola), de donde toma su nombre la herramienta citada.  

Con el auxilio de los andamios banqueteros y los tablones, se accesa hasta el elemento a trabajar y se procede a realizar la ranura de la  mampostería en forma vertical, horizontal o combinada, según sea la característica del elemento a empotrar u ocultar y a la disposición que este guarde en el paramento, procurando ampliar los suficiente por los costados del mismo, o el espacio donde se piensa poner el elemento si se tratara de una pieza nueva, ensanchando lo suficiente el espacio para que el martillo o cincel pueda ser manejado por detrás del tubo, de tal manera que se forme un asiento lo suficientemente amplio para remeter el tubo permitiendo que por ejemplo: un medidor de consumo de corriente, quede “a paño” con el muro ya revocado y por debajo del nivel del acabado fino o masilla, aunque este es solo uno de los elementos que necesitan ser remetidos en el macizo para no afear la fachada, así continuando con el mismo ejemplo, únicamente deberá sobresalir la mufa de la acometida en la parte superior.

Pero los elementos de instalación eléctrica, no son los únicos que afectan las fachadas históricas, hoy por hoy es posible ver que ante el escaso conocimiento en la materia y el casi nulo aprecio que se tiene por este tipo de edificios históricos, se recurre al lugar común, a lo más fácil, por la vía del menor esfuerzo para resolver adecuadamente el suministro de electricidad, telefonía, fibra óptica, internet, aire acondicionado, voz y datos, elementos de ventilación o de desagüe de la misma instalación sanitaria, además de cuestiones de publicidad, toldos,  y un largo etc.; de aditamentos y aparatos que provocan un deterioro visual y físico de las fachadas históricas.

Es por ello que resulta de vital importancia saber resolver y manejar con acierto la solución óptima de estas cuestiones, usando la creatividad y la capacidad técnica de los profesionales y maestros de obra, contratistas o cualquier persona que trabe relación con este tipo de edificaciones.

Continuando con la descripción del procedimiento a emplear, diré que después de terminar la fase de ranurado o banqueo del asiento del elemento a ocultar, se procederá a humedecer la mampostería con abundante agua para que bajen los residuos de polvo e inmediatamente se procede a realizar el resane de la ranura de dos formas adecuadas o correctas pero una más eficiente que la otra.

La primera alternativa consiste en el empleo de un mortero contemporáneo y hasta cierto punto tradicional en el entendido que así se ha hecho por décadas después de que perdimos las ligas empleadas por los albañiles de la colonia que la heredaron a su vez de la cultura maya y la fusionaron con el saber de los albañiles ibéricos con fuerte influencia árabe en su accionar y procedimientos constructivos.

Entonces no está mal emplear un mortero a base de cal hidratada: polvo de piedra: adhesivo polimérico/elàstomerico para mortero en proporción 1:6:0.5 donde el adhesivo polimérico/elàstomerico para mortero va a razón de medio litro por cada saco de cal hidratada, siendo este mortero el empleado para revoco y resanes y sobre el cual se especificará en el siguiente concepto.

Pero si queremos desandar el camino y ser sustentables, ecológicos y amables con el patrimonio, apegarnos a las reglas de la conservación y preservación de métodos tradicionales o lo más cercano a ellos en la intervención patrimonial, podemos y debemos optar por el empleo de un mortero de cal química o mortero base cal de los ya disponibles en el mercado: polvo de piedra y si se cuenta con sascab mucho que mejor, en proporción 1:1 para el sellado de la ranura y fijación de los elementos a ocultar.

Me ha tocado ver de todo en estos años de intervenir en el patrimonio, e incluso como es la misma autoridad quien por desconocimiento en la materia, instala faroles, postes de alumbrado público, semáforos y demás aditamentos, sin el menor cuidado y apego a las reglas de conservación de Centros Históricos, vaya, hasta transformadores he visto colocados frente a hermosas y señoriales fachadas históricas, y la verdad, es una pena, no habla bien del accionar de entidades que deben recurrir a los profesionales del ramo como los arquitectos e Ingenieros o especialistas en la materia, a fin de asesorarse para un adecuado manejo de estas intervenciones, que si bien, son necesarias para la colectividad, no deben afectar a otro elemento del bien común como lo es el Patrimonio Edificado, que en muchos casos y ciudades de México, son Patrimonio de la Humanidad.

Finalmente se repella, revoca o resana, el área trabajada hasta el nivel de mampostería o hasta cubrir el elemento remetido u oculto y se deja así en espera de la o las capas restantes de revoco, que en este tipo de edificios, puede alcanzar los 4.0 cm o un poco más, dependiendo de los desplomes y del espesor del macizo, como quiera que fuese, decimos que hasta alcanzar el espesor que llevará el paramento.

Se debe buscar siempre, una fachada limpia, que destaque su prestancia y belleza, si existen cables de distintas instalaciones colgando sin ton ni son, procurar formar atados o torones si cabe llamarlo de esta manera y acomodarlos sobre las cornisas o parte superior de las molduras, en los cantos de los enmarcamientos, etc. De tal suerte que se vea lo más acomodado posible y pulcro.

Y en esta etapa es sumamente importante que la ubicación de los elementos remetidos y ocultos de ninguna manera y bajo ninguna circunstancia, alteren las características morfológicas del predio, su intención y estilo arquitectónico y tampoco que deterioren los ricos y variados elementos ornamentales que visten nuestras fachadas coloniales, históricas y representativas de nuestra cultura y patrimonio edificado.

Foto: Ocultamiento de acometida eléctrica, Fachada en Centro Histórico, Mérida Yucatán
Fuente: Fotografía de Ofelia Espinosa Chuc/Archivo personal del Ing. Magdiel Cen.

martes, 27 de agosto de 2019

Materiales empleados en Patrimonio edificado: Sascab( Polvo de piedra).

Foto: Sascabera maya.
Fuente: wikipedia
En las anteriores colaboraciones para el Blog Contrafuerte, hemos hablado de dos materiales fundamentales y sumamente importantes para el Patrimonio edificado, a saber: La piedra caliza y La madera. Toca el turno a un material no menos importante y único en su tipo, al menos para la Península de Yucatán, pudiendo encontrarse materiales con características similares a lo largo de todo el territorio nacional, de acuerdo a cada región y tipo de geología y suelos.
Hablamos del Sascab, también se acepta escribirlo como Saskab, y su origen viene de la palabra maya: Sahkab, que significa tierra blanca. Este es el material por excelencia empleado por los pueblos originarios de la península y màs allá de ella, en los dominios del gran pueblo maya que se extendió en un área aproximada de 350,000 km2, comprendiendo los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, y parte de Chiapas y Tabasco, el territorio de Belice y el centro y norte de Guatemala, así como la frontera noroccidental de Honduras. Bueno pues en toda esa amplia región, se empleaba el Sascab para preparar mezclas para la construcción de los edificios y caminos o calzadas llamados sacbé, que hoy admiramos.
Químicamente hablando, se trata de una roca calcárea deleznable, disgregable al tacto o compresión, por la que se le describe como una caliza descompuesta, brecha, o una mezcla de cal usada por los mayas. Los yacimientos abundantes de este material en Yucatán se llaman Saskaberas, verdaderos bancos muy apreciados hoy día, sobre todo por los ingenieros camineros, pues es excelente y superior para formar bases y subrasantes de carreteras.
En el pasado, en la época prehispánica y en la colonia, se utilizó como mortero en reemplazo de la cal viva o en colaboración con la misma, ya que podía emplearse en estado natural, sin necesidad de calcinarlo en hornos, su uso màs socorrido fue en la construcción de los caminos que unieron a las ciudades mayas como ya he mencionado, los sacbeob (plural de sacbé).
También se empleó mucho para fabricar cerámica pues es excelente para mezclar con arcilla (Cancáb o Kankab: tierra roja y agua) cuando el material está finamente triturado. En esta condición se empleaba para acabados más finos como los enlucidos, estucos o masillas que observamos en los sitios arqueológicos y los edificios coloniales.  
Estos materiales son de una durabilidad proverbial, tan solo en el Centro histórico de Mérida por ejemplo, se tienen edificios con màs de 479 años de antigüedad que aun conservan la argamasa que es el mortero original a base de sascab y cal viva (material del cual hablaremos en otra ocasión). Cabe mencionar que estos morteros no admiten el empleo de ningún cementante o material de origen cementoso, por los efectos indeseables que su empleo produce en los edificios patrimoniales.
La mezcla original o el mortero original se conoce como preparado “al tercio” y significa que por cada medida de cal viva se incorporaban tres medidas de sascab, en términos técnicos e ingenieriles tenemos entonces una liga al 6 por 1. Así “un terciado” consistía en preparar por ejemplo: dos latas de cal viva con seis latas de sascab, formando un mortero de excelente maniobrabilidad y trabajabilidad.
Al decir de los antiguos y habría que investigar al respecto, los mayas incorporaban además de estos materiales, claras de huevos y miel de abeja melipona o “jalea real”, formando una pasta cuyo manejo por parte del albañil maya resultaba excelente pues las claras y la miel servían como aglutinantes y cementantes naturales, benéficos para la legendaria durabilidad del mortero. Pero ese conocimiento desgraciadamente se ha perdido en la noche de los tiempos y en el devenir de las cosas. De tal manera que no hay registros de si el albañil de la colonia seguía a pie juntillas la proporción original maya, lo cierto es que tristemente hoy día, por desconocimiento muchos profesionales de la construcción usan inadecuadamente los morteros sustituyendo los de base cal por los de base cemento gris, dando al traste con las características y propiedades de la mampostería de piedra, pero ese será otro tema del que nos ocuparemos en otra ocasión, pues mucho hay que decir en términos de intervención patrimonial pero no se trata de hacer cansado el asunto. 
Foto: Archivo personal del Ing. Magdiel Leopoldo Cen Chab / Fracción de paramento con mortero de Sascab y cal viva, rajueleado de teja francesa, Época colonial. / Reserva Cuxtal, Ex Hacienda  Dzoyaxché, Mérida, Yucatán.

¿Y en donde empiezan a empatar unos con otros los materiales de los que hemos hablado?, bueno, poco a poco se van a ir enlazando, pues por ejemplo: el agua de mezcla de estos morteros provenían de los sancochos de las cortezas de arboles endémicos, como: El Chucúm (muy famoso hoy día entre los constructores actuales), el Pixoy, el Pepino Cat, etc.

Resulta que los sabios constructores mayas y sus herederos mestizos de la colonia, sabían que estos árboles soltaban con el sancocho, mucilagos que son unas especies de gomas benéficas para el funcionamiento, adherencia y durabilidad de los morteros, con lo cual, no es de extrañar que las mezclas duren siglos, contra lo “poco” que duran nuestros morteros contemporáneos con base cementosa.

Tal vez en otra ocasión abundemos un poco más sobre el asunto y las propiedades químicas y físicas del sascab, por ahora hemos sentado las bases del conocimiento de tan importante aglomerante o árido para uso de intervención patrimonial, y así iremos sumando y armando las piezas para entender como intervenir de manera adecuada, edificaciones donde el cuidado en el empleo de estos materiales es fundamental para un buen desempeño y resultado. 
Hasta una próxima ocasión.

Entrada destacada

Vigueta y Bovedilla: Guía Actualizada para su Cálculo y Aplicación Introducción: El sistema de vigueta y bovedilla es ampliamente utili...